Como utilizar un horno de leña

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Los alimentos cocinados en los hornos de leña Andalucía tienen un sabor único y espectacular que es imposible obtener por otros medios, gracias a las altas temperaturas que llegan a alcanzar y a ese toque tan característico que aporta la madera elegida para encender el fuego.

Te enseñamos algunos secretos para dominar tu horno de leña.

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Arrancando el horno de leña:

Para que el horno adquiera buena temperatura es necesario que en su interior haya un buen fuego. Esto va a depender del tamaño, pero para que os hagáis una idea, la medida pueden ser de una capa de unos 10cm de leña que cubra toda la superficie del horno. Idealmente debéis empezar por leña más fina, tipo sarmientos o similar, y luego ir añadiendo troncos del grosor de un brazo más o menos. Al final, si queréis ya podéis añadir trozos más gruesos. Un aspecto importante a controlar es el tiro, porque regulará la cantidad de oxígeno que entra en el horno. Para comenzar el tiro deberá estar abierto y es posible que también sea necesario abrir alguna vez la puerta del horno para que entre todavía más oxígeno. La temperatura debería llegar a unos 500ºC. No os preocupéis, porque nuestros hornos de leña pueden resistir temperaturas muy superiores. Obviamente, no vamos a cocinar a 500ºC, para ello tendremos que esperar un poco.

Cocinando con el horno de leña:

Una vez que se ha consumido toda la leña, y que solo quedan rescoldos y brasas, es el momento de empezar a cocinar. Para ello, deberemos retirar todas las brasas hacia los laterales del horno, de forma que el centro quede libre para poner los recipientes. Éstos deberán ser idealmente de barro de Pereruela como nuestras cazuelas, o cualquier material que aguante bien el calor. De los 500ºC iniciales, la temperatura irá bajando hasta los 200º. En esta fase, y una vez metida la comida, sí que es importante que cerréis el tiro, y que no se abra la puerta muchas veces, porque esto hará que baje la temperatura rápidamente. Nuestros hornos de leña conservan muy bien el calor. Por ejemplo, si lo habéis utilizado para hacer la comida, como este asado, todavía quedará calor por la noche para recalentar algunos alimentos, ¡no lo desaprovechéis!.

Medidas de Seguridad en un horno de leña:

Igual que es importante saber qué hay que hacer si nos atragantamos, también tenemos que conocer algunas medidas de seguridad básicas al manipular un horno de leña. El mayor peligro de los hornos de leña son las quemaduras. Dentro se genera una gran cantidad de calor y hay que tener mucho cuidado. Por tanto mucho, pero mucho ojo con tocar la puerta sin un paño, y que los niños estén controlados. Les encanta el fuego, pero que miren desde lejos. Al abrir la puerta tened todavía más cuidado con el golpe de calor que puede salir. A diferencia de un horno doméstico, en el que el golpe de calor se produce nada más abrir la puerta, aquí es posible que abráis la puerta y no notéis nada. En ese momento acercais la cabeza, y los flujos de convección del aire de dentro cambian y zas, os chamuscáis el pelo. Así que al abrir la puerta, no os asoméis demasiado. Luego, a la hora de manipular los recipientes, dejadlos en el borde, y empujarlos con una herramienta, hasta que queden colocados en el fondo. Teniendo todos estos consejos presentes, seguro que os salen unos estupendos asados, pizzas, panes, o cochinillos al horno de leña. Si queréis darle un toque especial, meted algunas hierbas aromáticas en el momento de la cocción. La mezcla del sabor ahumado, y las hierbas harán que os chupéis los dedos.

¿Cuáles han sido vuestras experiencias con los hornos de leña?

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